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La gestión del cambio en la empresa familiar

  • Foto del escritor: Carlos Folle Estrada
    Carlos Folle Estrada
  • 11 oct 2024
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 14 oct 2024

Por Carlos Folle / Hacer Empresa / agosto, 2019




Para responder a la necesidad de cambiar y al por quĆ© no seguir como siempre, un lugar comĆŗn —pero no por ello menos cierto— es que lo Ćŗnico permanente en este contexto es el cambio. Siempre que haya oportunidades, aparecerĆ” un competidor que estĆ© dispuesto a aprovecharlas. Y, si no reaccionamos a tiempo, generalmente quedamos relegados, desplazados, menos vigentes o preferidos por nuestros clientes.


Construir el caso y hacer polĆ­tica


En cualquier organización, quien quiera liderar el cambio tiene que construir ā€œel caso para cambiarā€. O sea, las razones que justifican la necesidad de cambiar. Para ello hace falta gestionar varias puntas: por un lado, cuestionar el statu quo. O sea, dejar en evidencia que, si seguimos ā€œhaciendo negocios como siempreā€, vamos a terminar en un lugar no deseado. Normalmente, esto se hace visible cuando se introduce una perspectiva externa —no contaminada— que acerca los cambios en las preferencias de los clientes y las reacciones que ya estĆ”n implementando tanto los competidores, como nuevos jugadores que comienzan a aparecer en escena.


A su vez, el gestor del cambio tiene que ser capaz de articular una nueva visión de cómo deberĆ­a verse la empresa en un horizonte temporal de mediano plazo, para atender con Ć©xito las necesidades cambiantes de esos clientes elegidos. Claro que no basta con imaginarla, sino que debe ser capaz de ā€œhacer polĆ­ticaā€ dentro de la empresa para convencer y consensuar con la audiencia interna de que ese es el camino. Y, finalmente —e igualmente importante—, generar la sensación de urgencia. O sea, acelerar el proceso para implementar el cambio.


Lo anteriormente descrito es la norma en cualquier arena competitiva. Ahora, cómo se conjugan estas situaciones de cambio con las transiciones generacionales en las empresas familiares le puede dar una complejidad mayor a la forma de resolver estos temas. Veamos por qué.


Complejidades adicionales


Si bien las empresas familiares normalmente tienen ventajas sobre las no familiares en dos aspectos: por un lado, la identificación con la empresa por parte de la familia propietaria —el ā€œtener la camiseta puestaā€ para todo tipo de desafĆ­os—, y, por otro, la velocidad para tomar decisiones e implementarlas inmediatamente. Porque la necesidad asĆ­ lo requiere. TambiĆ©n aparecen complejidades que en las no familiares no aparecen, o por lo menos no tienen tanto impacto.


Las diferencias generacionales. La visión del mundo, las oportunidades y los problemas son normalmente diferentes entre personas de distinta edad. Es natural. La generación mayor puede tener una visión sesgada o influida por la historia, el legado, los Ć©xitos pasados, la experiencia y probablemente tambiĆ©n una mayor aversión al riesgo. La nueva generación es mĆ”s permeable y sensible a las nuevas tendencias y muchas veces estĆ” Ć”vida de probarse y tener ā€œĆ©xitos propiosā€. Con una aversión al riesgo menor, es posible que tenga visiones distintas. Si estas diferencias no se canalizan apropiadamente, probablemente conspiren contra la necesidad y la velocidad de cambiar.


El liderazgo del sucesor y la conducción del cambio. En las empresas familiares, aun cuando el sucesor ya haya sido elegido y anunciado, es importante ver cuÔn dispuesta estÔ la generación anterior a hacerse a un lado y a apadrinar el cambio. Aquí el sucesor tiene que ser consciente de la fórmula del cambio:


C= I x V x PP > RC

Donde:

C= cambio

I= insatisfacción con el statu quo que deja en claro la necesidad del cambio

V= visión del futuro deseado, con un claro sentido de la dirección

PP= primeros pasos a dar sobre cómo llegar del estatus actual al estatus deseado

RC= la resistencia natural al cambio


Insatisfacción con el statu quo

Como comentamos anteriormente, ya sea de forma inducida por el cliente, el mercado o la competencia, debe quedar claro que la organización por el rumbo actual no llegarÔ a buen puerto. El sucesor debe valerse de eso para rectificar el rumbo y mantener la vigencia de la empresa en el mercado. No se trata de criticar la gestión anterior, sino de dejar en evidencia que, por el camino actual o con la estrategia actual, el éxito no serÔ posible.


Visión

En este contexto, el sucesor debe tener claro a dónde quiere llegar con el cambio y comunicarlo o ā€œvenderlo internamenteā€. Si no hay un rumbo claro cualquier destino sirve, y, llegado un momento, la organización se puede cansar y perder confianza en Ć©l.


Primeros pasos

Son las primeras indicaciones sobre cómo alcanzar el nuevo estatus, que deben ir acompaƱadas de pequeƱas ā€œvictorias fĆ”cilesā€, que muestren a toda la organización que el cambio bajo el mando del sucesor es posible. Naturalmente, este serĆ” un factor de construcción de confianza en el nuevo lĆ­der.


Resistencia al cambio

Inevitablemente, todo cambio genera incomodidades y exige salir de la zona de confort. El sucesor debe saber con quiĆ©nes va a construir su base de poder para superar esa natural resistencia al cambio que sus antecesores van a poner en marcha, voluntaria o, muchas veces, involuntariamente (o por lo menos no plenamente consciente). Inevitablemente, tambiĆ©n, habrĆ” colaboradores en la empresa —familiares o no— que, por distintas razones (pĆ©rdida de poder, ignorancia, envidia o simple pereza), no querrĆ”n acompaƱar el cambio. Esto exigirĆ” identificar rĆ”pidamente a esas personas y ponerlas en la encrucijada de decidir si serĆ”n parte activa del cambio o un obstĆ”culo, para lo cual habrĆ” que tomar decisiones.


Finalmente, los tiempos. Ni demasiado lento ni demasiado rĆ”pido. Hay un viejo dicho que dice que un ā€œgeneral no puede avanzar mĆ”s rĆ”pido que sus tropas porque se queda soloā€. Del mismo modo, mucho hablar y poco hacer tambiĆ©n lleva al fracaso. Lo mismo vale en la empresa familiar. El sucesor tendrĆ” que armar su comando, ubicar e investir a sus alfiles, afianzarse en sus torres y darle el ā€œtempoā€ necesario a sus movidas.


Referencias bibliogrƔficas

Poza, Ernesto J. Family Business, South Western, Cengage Learning, 2010.

Ward, John L. Perpetuating the Family Business, Palgrave Macmillan, 2004.

Beckhard R. & Harris, R. Organizational Transitions: Managing Complex Change. Reading, MA: Addison Wesley, 1987.


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